Acoso laboral
“Acoso laboral” se define como toda conducta persistente y demostrable, ejercida sobre un trabajador, por parte de un empleador, encaminada a infundir miedo, intimidación, terror y/o angustia.
Mientras leía esta definición recordé al pueblo de Israel en Egipto.
“Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor” (Éxodo 1:13-14).
Para los Israelitas, el trabajo en Egipto se volvió un persistente “acoso laboral”.
Aunque el trabajo es uno de los principales propósitos (Génesis 2:15) y alegrías de la existencia humana (Eclesiastés 2:24), debido a la caída del hombre, el mismo trabajo se convirtió en aflicción. Dios le dijo al hombre que sojuzgara y señoreara la creación (peces, aves y bestias), más no que sojuzgara y señoreara a otros seres humanos (Génesis 1:28).
En este sentido, el acoso laboral se experimenta a causa de hombres que buscan explotar a otros para sus beneficios, el pueblo de Israel estaba siendo sojuzgado y señoreado para el beneficio del Faraón, este era un trabajo injusto.
Sin embargo, Dios con todo poder proveyó una salida al pueblo de Israel y los enrutó camino a la tierra prometida, donde encontrarían reposo y abundancia, si permitían que Dios fuera su rey y les gobernase.
Hoy día, si permitimos que Dios sea nuestro rey y gobierne nuestra vida, entraremos a participar de una condición tal como lo es la vida de los hijos de un Rey, que se gozan en el trabajo, no para satisfacer deseos egoístas ni para su propio beneficio, sino para un Rey justo, que quiere establecer un reino de justicia total.