¿Hola?, Dios tiene algo muy importante que decirte…
Puede ser muy curioso y quizás muy difícil tratar de entender el cómo es qué un Dios tan grande puede llamar a personas. Podríamos pasar horas y horas tratando de intentar pensarlo, pero lo cierto es que Él lo hacía, Él lo hace y Él lo seguirá haciendo.
Dios puede llamarnos de muchas maneras, quizás a través de algún familiar, alguna amiga o amigo, incluso a través de algo que leamos, escuchemos o veamos. En algunos casos, Dios puede utilizar alguna situación difícil en nuestra vida para llamar nuestra atención.
De hecho, tengo una historia sobre esto último que te quiero compartir.
Conozco una chica que (hace algunos años) comenzó a sufrir de esa enfermedad tan molesta y actual llamada: ansiedad. Pero lo de ella era un poco más grave, pues no sólo sufría de ansiedad sino también de ¡ataques de pánico! Te podrás imaginar lo terrible que era. Ella sufría mucho y sentía que no podía tener una vida normal, siempre la estaban devolviendo del colegio porque ella simplemente tenía unos síntomas muy incomodos que le impedían vivir su vida como cualquier chica de su edad. Ella tampoco podía entender por qué le sucedía esto, y (de hecho) sólo pudo entenderlo varios años después. ¿Qué fue eso que ella entendió? que esa situación fue la que Dios utilizó en su vida para que ella pudiera buscarlo.
Ese fue el llamado de Dios que le decía que ella podía tener una esperanza. Una esperanza de ser sana y una chica normal. Aquella chica, atendió ese llamado y se aferró a esa esperanza. Cada noche y día batallaba fuertemente entre lo que su mente creía y en lo que su corazón esperaba. Eran las palabras de Dios alimentando su fe. Y quiero que sepas que tiempo después ella fue completamente sana de esa ansiedad y pánico.
Con esta historia quiero que sepas que, aunque tal vez no estes o hayas pasado por alguna situación como esta, el llamado de Dios es para todos, y él quiere que tu vida sea diferente con propósitos eternos (más allá de lo que ves) y que hay una esperanza de algo mucho mejor que tu (todavía) no conoces.
Él llama a tu corazón el día de hoy te dice:
Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos. (Ap. 3:20)
Esa puerta es tu corazón…