Es probable que en algún momento de tu vida hayas deseado tener una segunda oportunidad. Quizás de remendar algo que hiciste y desearías no haberlo hecho, quizás de cambiar algo que quisieras cambiar de ti, o simplemente de empezar de cero.
¿Qué pasaría si encontraras que esto es posible? Y, de hecho, te tengo una gran noticia: lo es. La palabra de Dios nos dice que,
“Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡Una nueva vida ha comenzado! (2 Corintios 5:17 NTV)
¡Creo que es una noticia maravillosa el saber que en Cristo es posible tener otra oportunidad de vida y que todo sea completamente nuevo! ¿No lo crees?.
No tendré que cargar con el peso de todo mi pasado, de todo lo que hice, dije, pasó, me dijeron, me hicieron, me enseñaron y aprendí. Ahora, puedo ser una persona completamente nueva que ha sido perdonada, rescatada y amada.
Y es que Dios te ama tanto, que el dio a su único hijo Jesús –el unigénito de Dios– para que tu pudieras tener una vida completamente diferente, una vida de paz, de gozo y de justicia. (Juan 3:16 y Romanos 14:17)
A ti y a mí sólo nos corresponde creer en ese nombre. ¿En qué nombre? En el de Jesús. Pues cuando creemos y le recibimos en nuestro corazón, Él comienza a ser parte de nosotras y a habitar en lo más profundo de nuestro corazón que se llama: espíritu.
Quiero que sepas que, aunque Jesús murió hace miles de años, Él sigue vivo y te quiere invitar a que seas parte de algo que no conoces aún y cambiar toda tu vida para bien.
¿Qué tal suena eso?, una vida completamente nueva en la que todo mi pasado quede atrás, en la que pueda conocer cosas que no conocía y en la que pueda disfrutar de lo que verdaderamente es bueno para mí!
Creo que tu y yo tenemos mucho que pensar por el día de hoy…
Quiero invitarte a que hagas esta pequeña oración:
Dios yo te doy gracias por mi vida, gracias porque en este momento puedo estar aquí y somos tú y yo y nadie más. Gracias porque me amas (aunque aún quizás no lo entienda) quiero creer que es así y que me has amado tanto que por eso diste a Jesús por mí. Yo quiero recibir a tu hijo en mi corazón y creer que en su nombre puedo tener una nueva vida. Gracias porque todo mi pasado queda atrás y ahora puedo disfrutar de algo completamente nuevo que no conocía. En el nombre de Jesús, amén.