La iglesia en casa y su fundamento Bíblico

La iglesia que se reúne por las casas no es una expresión referida a algún nuevo movimiento o visión de algún hombre de Dios, ni tampoco se trata de una estrategia de ningún grupo cristiano en particular, simplemente se utiliza esta expresión para referirnos al mover de algo que el Espíritu de Dios ha venido haciendo en muchas latitudes y entendiendo que hay un profundo sentir en muchos hijos de Dios de buscar más de Él de una manera sencilla y concordante con una base escritural.

Nuestro Señor Jesucristo habló de una iglesia que debía alumbrar en medio de un mundo caótico, que se dirige a la destrucción, y también nos dijo que las puertas del hades no prevalecerían contra su iglesia; sin embargo, basta echar una mirada al pueblo de Dios de nuestros días para darnos cuenta que algo anda mal. Hay mucha hambre, enfermedad y esclavitud en los hijos de Dios, aunque paradójicamente cada día aparecen grandes movimientos de mega iglesias, mega congregaciones y denominaciones que agrupan miles y miles de miembros que se reúnen en grandes centros o locales de entretenimiento cristiano, con un sin fin de actividades, que no conducen ni llevan a sus miembros a algo más que a un sistema cristiano seco y moribundo de vida espiritual. La iglesia que va siendo establecida en alguna casa no tiene como finalidad trasladar el púlpito de un local y toda su parafernalia a una casa para tratar de convertirla en lo que comúnmente se llama iglesia de garaje o algo por el estilo, antes bien, el término “en casa” no significa que es exclusivo para delimitarlo como el único sitio donde podamos hallar una verdadera iglesia en alguna parte, más bien es un término para definir un lugar donde se reúne la iglesia, porque finalmente la iglesia es cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo y ellos pueden reunirse en cualquier sitio, la casa es sólo una expresión que nos conduce a pensar en familiaridad, acogida, reconocimiento y participación de los unos con los otros, comunión intima, acompañamiento cercano; en fin, lo que se conoce en las escrituras como afecto fraternal. 

Cuando se escucha por primera vez acerca del término de iglesia en “casas”, frecuentemente se tiende a pensar en lo que se conoce como grupos de células o grupos de oración que se reúnen en casas, o en la estrategia de alguna iglesia madre que desea extenderse en grupos familiares y se tiende a cometer el error de imaginar que la única diferencia entre la iglesia en la casa y la iglesia en un edificio institucional, es su tamaño y sus habilidades y alternativas para proveer “un ministerio” o que el tamaño organizacional es fruto del crecimiento y la modernidad. Nada más lejos de la realidad escritural, ya que si observamos atentamente las referencias bíblicas del nuevo testamento, entenderemos que la vida cristiana normal se vivía y desarrollaba dentro de un contexto sencillo, muy familiar y lejos de cualquier estereotipo humano organizacional, institucional o denominacional.

La gente muchas veces concluye que la iglesia que se reúne en una casa no puede ofrecer la calidad de ministerio que provee una iglesia en un edificio con ministros profesionales. Pero si alguno define la palabra “ministerio” como algo que debe contribuir a hacer discípulos, ayudándolos a ser como Cristo y equipándolos para su servicio, entonces sabremos que las iglesias institucionales no tienen ninguna ventaja, y antes bien, pueden tener muchas más desventajas. Ciertamente la iglesia en las casas no puede proveer la cantidad de actividades multifacéticas que ofrece una iglesia con un edificio institucional, pero pueden sobresalir al proveer el ministerio verdadero. Para entender la funcionalidad de una iglesia, bíblicamente hablando y que se reúne en casa, debemos apuntar a los aspectos que consideramos fundamentales para el desarrollo y crecimiento espiritual de los santos basados en los principios que a continuación se referencian y algunos pasajes bíblicos que lo pueden ratificar:

La Iglesia surge de Cristo

La forma de la iglesia surge de la vida misma que Cristo le ha impartido – Tal y como la forma del cuerpo humano surge de la misma vida que ha recibido.

(Efesios 1:22-23) (Colosenses 2: 6-7;19)

Todos al mismo nivel

No hay algo como un clérigo ordenado, ministro profesional o empleados ministeriales. Tampoco existe separación de clases entre los que están dedicados a los asuntos de la iglesia y los asistentes. 

(1 Corintios 1: 26-29) (1 Pedro 4: 10-11) (Apocalipsis 2:6; 15)

Todos somos sacerdotes

Se reconoce el sacerdocio funcional de todo creyente. Todos somos llamados a ejercer nuestro sacerdocio espiritual por motivos de nuestro llamado y profesión de Fe. 

(1 Pedro 2:9-10)

Todos participan

Se permite y anima a todos los creyentes a funcionar y a participar en las reuniones normales como iglesia.

(1 Corintios 14:26) (1Corintios 12:14)

Los miembros conforman la Iglesia

Se afirma que los creyentes no VAN a la iglesia; sino que ellos (juntos) SON la iglesia. Es la experiencia genuina de los miembros.

(Colosenses 1:24) (Colosenses 1:18) (1 Corintios 12:27)

Reunidos entorno a Cristo

Su unidad gira únicamente en torno a Cristo. La cristocentricidad es la única base de su comunión, de integración y del proceder de la vida entre los creyentes

(Colosenses 1:15-20) (Colosenses 2:6) (Colosenses 2:10)

No depende de un templo físico

No se depende de un edificio para experimentar la vida práctica como iglesia. Aunque se utilice el termino “iglesia en casa” no se quiere decir con esto que la experiencia de iglesia está limitada al accionar dentro de una casa, aunque si es verdad que la vida familiar es el contexto más normal de la iglesia. La iglesia es casa y familia de Dios que se congrega en torno a él y por medio de la cobertura del Espíritu Santo

(Mateo 18:20) (Efesios 2:19)

No hay salarios

No hay salarios asignados de ministros porque ningún ministro de Dios debe ser un asalariado. Los recursos obtenidos, por la participación de los santos con sus ofrendas voluntarias, se utilizan para cubrir las necesidades de los ancianos/obreros que son llamados al servicio de tiempo completo, los mismos creyentes en necesidad y para la obra que se realice en el trabajo evangelístico y la extensión del Reino.

(Juan 10:11-12) (1 Corintios 9:1- 14) (1 Timoteo 5:17-18) (2 Corintios 9:7-8)

Liderazgo compartido

El liderazgo es compartido y asumido por todos en el cuerpo. Los obreros plantadores de iglesias la equipan en un principio, los ancianos (hermanos más maduros, cuando surgen) cuidan la iglesia juntos

(Hechos 20: 17;28) (1 Pedro 5:1-5)

Decisiones corporativas

Las decisiones se toman corporativamente y de acuerdo al consenso que pone el Espíritu Santo.

(Hechos 6:1-7) (Hechos 15:22-29)

Pastorado por comisión del Espíritu Santo

El pastorado plural es el deseable y no el pastorado asumido por un sólo hombre quien se considere el “dueño” de la iglesia. El pastorado se ejerce por la carga de la obra del Señor y por la comisión del Espíritu Santo a creyentes con el don para cuidar del rebaño que han alcanzado mayor madurez que los otros hermanos.

 
(Marcos 3:14) (Hechos 14:23)
(1 Timoteo 3:6) (3 Juan :9-10)

Comunión en Cristo

El enfoque está en seguir a Cristo corporativamente por medio de la comunión cara a cara. Todo lo demás se desprende de esa comunión de unos a otros. 

(Efesios 5:21) (Colosenses 3:13) (1 Tesalonicenses 5:11)(Santiago 5:16) (1 Juan 4:12)

Cambios constantes

La iglesia atraviesa por diferentes estaciones. No esta atrapada en un ritual. No existe una forma específica de culto y existen diversos tipos de reuniones donde somos implementados y edificados como casa de Dios. 

(Hechos 15:6) (1 Corintios 11:17-20) (1 Pedro 2:5)

Los dones surgen naturalmente

Los dones no son vistos como oficios sino como funciones. Estos emergen natural y orgánicamente a través del tiempo. Surgen generalmente sin ser etiquetados. 

(Efesios 4:11-16) (Romanos 12: 4-8)

Comunión profunda​

Existe una comunión muy profunda. Los miembros son como una familia entre si. Comparten sin reservas sus vidas en Cristo. La vida de iglesia es una carta abierta donde todos podemos mirar y no existe algo como vida privada y de iglesia separadas. 

(Romanos 12: 10-16) (2 Corintios 3:2-4)