¿Quiénes Somos?
Sean Bienvenidos todos aquellos que han llegado hasta esta página y reciban un cordial saludo. Creemos que si ha llegado hasta aquí y se estaciona es porque está buscando algo más para su vida espiritual en Cristo y permítame decirle que en el mover de Dios, que es por su Espíritu, no existe la palabra coincidencia.
Somos un grupo de hermanos que se reúnen en torno a nuestro Señor Jesucristo y que ha entendido que al ser constituidos como su Iglesia podemos congregarnos, sin mayores pretensiones institucionalizadas o denominacionales que implican un quehacer en el gran sistema organizacional humano, y que más bien bajo la cobertura del Espíritu Santo y en una dinámica de vida sencilla podemos crecer y madurar hasta que todos lleguemos a la estatura del varón perfecto.
¿No fue así cómo se desarrolló la iglesia en sus inicios y con los contundentes resultados de trastornar el mundo?
Trabajamos por el establecimiento del Reino de Dios desde nuestras vidas y hasta la experiencia de alcanzar a aquellos que necesitan ser liberados de la opresión del reino de las tinieblas y de esta manera llevar la vida de Jesucristo a un mundo en crisis que se acerca cada vez más a su desenlace y consumación final.
Sabemos que el Señor Jesús continúa moviéndose por el Espíritu sobre la tierra, descubriendo y revelando el estado penoso de esta iglesia actual que impide a los hijos recibir un alimento verdadero que sea eficaz para nutrir y fortalecer en relación de vida, la permanencia y comunión íntima con su Señor. Vemos hoy en día, como aumentan en número las membresías y sucursales franquiciadas de las muchas denominaciones y congregaciones que han decidido volcarse sobre un evangelio “light”; pero también podemos ver como conducen a sus miembros a un sistema estéril y de muerte espiritual que ha convertido la casa de Dios en una cueva de mercantilismo, donde se oferta la vida cristiana como el gran método para satisfacer todos los deseos de una cultura del bienestar personal y de la prosperidad mundana.
Las escrituras revelan que al final de los tiempos y a pesar de la apostasía, el Señor iba a hacer una obra maravillosa con aquellos que perseveren en su entrega. Aquellos que han estado dispuestos a no vender su primogenitura y que anhelan seguir santificándose, comprando oro refinado para poder sentarse con el Señor en su trono. Estos iban a poder llevar en autoridad el evangelio del Reino hasta lo último de la tierra y entonces vendría el fin.
El Señor Jesús, al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. La mies era mucha desde el primer tiempo, y ese fue el trabajo para los primeros obreros; pero ahora, proféticamente hablando, ha llegado el tiempo de la última y gran cosecha, la más grande y maravillosa del ciclo agrícola de Israel, donde se daba la recolección de todos los frutos para la nación. Y así la casa de Dios llenaba sus graneros para todo su sustento y había alimento en su casa; por eso no podemos ignorar que Dios como Padre está muy deseoso con esta última cosecha y ha preparado el escenario para que su casa sea llena de toda provisión y así satisfacer el hambre de todas las naciones del final de los tiempos. Algo grande está por venir para la casa del Señor, la Iglesia que se ha preparado para servir al Señor recibirá su recompensa.
Hoy y a través de esta página estamos haciendo un llamado a todo ese pueblo de Dios que está entendiendo el mensaje, asumiendo un compromiso de preparación y creyendo en el poder del evangelio para afrontar tan grande desafío, ya que la hora ha llegado y ahora es, cuando la iglesia debe saber que es un tiempo muy especial donde se requieren de obreros aprobados que puedan satisfacer a su Señor porque él ha estado llamando y proclamando nuevamente que: ES TIEMPO DE COSECHA.