Una breve introducción…

 ¡Hola, me da mucho gusto que estés aquí! 

Quiero darte las gracias por haberte interesado en este espacio!. Sé que no es casualidad que hayas llegado en este momento y estoy convencida que Dios aún sigue hablando y tiene un gran propósito con tu vida. 

Llamadas por Gracia es un proyecto por y pensado para ti. En este blog quiero que me acompañes a recorrer por esos momentos en la vida cristiana que hacen de ella una vida de fe, de confianza, de amor y de esperanza. 

Me encantaría que cada mensaje que leas sea de gran bendición para ti, y puedas sacarle todo el gusto y provecho; te animo a que con toda disposición de corazón y en cada momento estés preguntando a Jesús sobre cada duda que tengas y te acerques a él con ánimo de seguir aprendiendo y aplicando las lecciones a tu vida.

Con amor, Angie

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mayo 18, 2024¿A quién no le gustan los regalos?  Creo que no existe nadie a quien no le encante un buen regalo… Sin embargo, hoy quiero hablarte sobre tal vez uno de los regalos más grandes que alguien nos haya podido dar: la gracia.  La gracia significa un regalo inmerecido. Ah, ¡pero no se trata de cualquier regalo! Pues es un regalo que viene de parte de Dios. Y es que es tan especial, que una vez que lo recibes, tu vida nunca vuelve a ser igual. Quizás ahora tengas muchas preguntas, pero vamos despacio. Primero déjame contarte una historia (ponte cómoda, esto va a tardar un poco)… Hace mucho tiempo (en el principio de la creación para ser específicos) hubo un hombre y una mujer: Adán y Eva (quizás hayas escuchado hablar de ellos, los cuales estaban en un gran jardín llamado el Edén; y ese jardín (que significa deleite) era un lugar especial, porque Dios estaba ahí todo el tiempo. Dios podía hablar con Adán y Eva todo el tiempo, su voz era audible para ellos y tenían una relación constante. Sin embargo, un día (no tan bueno) apareció en la escena un animal. Un animal espantoso que causó un daño terrible: la serpiente. La serpiente, (enemiga de Dios desde el principio), se acercó a Eva y la engañó. La tentó diciéndole que no era malo comer de un fruto de un árbol el cual Dios había prohibido comer de él rotundamente.  Esto fue lo que pasó:  La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? (Génesis 3:1 NTV) A lo que Eva respondió:  – Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto – contestó la mujer. Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”. (Génesis 3:2-3 NTV) Aquí viene la peor parte, porque la serpiente le dijo:  ¡No morirán! -respondió la serpiente a la mujer-. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. (Génesis 3:4 NTV) A lo que a Eva le pareció bien, por lo que decidió comer del fruto y no sólo comer de él, sino que dió también a Adán (su marido). ¡Terrible decisión! Pues a partir de ese momento, todo el propósito que Dios tenía con el hombre y la humanidad se perdió. Puesto que, al haber desobedecido una orden, el pecado (que significa separación) entró en el mundo y Adán y Eva no sólo quedaron separados de Dios, sino que ¡todos nosotros también!. Hasta aquí, esta historia suena desalentadora, pero no te preocupes, pues todo en los planes de Dios es perfecto y para nuestra gran fortuna los hubo… OTRAS PUBLICACIONES [...]
abril 25, 2024Es probable que en algún momento de tu vida hayas deseado tener una segunda oportunidad. Quizás de remendar algo que hiciste y desearías no haberlo hecho, quizás de cambiar algo que quisieras cambiar de ti, o simplemente de empezar de cero.  ¿Qué pasaría si encontraras que esto es posible? Y, de hecho, te tengo una gran noticia: lo es. La palabra de Dios nos dice que,  “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡Una nueva vida ha comenzado!  (2 Corintios 5:17 NTV) ¡Creo que es una noticia maravillosa el saber que en Cristo es posible tener otra oportunidad de vida y que todo sea completamente nuevo! ¿No lo crees?.   No tendré que cargar con el peso de todo mi pasado, de todo lo que hice, dije, pasó, me dijeron, me hicieron, me enseñaron y aprendí. Ahora, puedo ser una persona completamente nueva que ha sido perdonada, rescatada y amada.  Y es que Dios te ama tanto, que el dio a su único hijo Jesús –el unigénito de Dios– para que tu pudieras tener una vida completamente diferente, una vida de paz, de gozo y de justicia. (Juan 3:16 y Romanos 14:17) A ti y a mí sólo nos corresponde creer en ese nombre. ¿En qué nombre? En el de Jesús. Pues cuando creemos y le recibimos en nuestro corazón, Él comienza a ser parte de nosotras y a habitar en lo más profundo de nuestro corazón que se llama: espíritu. Quiero que sepas que, aunque Jesús murió hace miles de años, Él sigue vivo y te quiere invitar a que seas parte de algo que no conoces aún y cambiar toda tu vida para bien.  ¿Qué tal suena eso?, una vida completamente nueva en la que todo mi pasado quede atrás, en la que pueda conocer cosas que no conocía y en la que pueda disfrutar de lo que verdaderamente es bueno para mí!  Creo que tu y yo tenemos mucho que pensar por el día de hoy…  Quiero invitarte a que hagas esta pequeña oración:  Dios yo te doy gracias por mi vida, gracias porque en este momento puedo estar aquí y somos tú y yo y nadie más. Gracias porque me amas (aunque aún quizás no lo entienda) quiero creer que es así y que me has amado tanto que por eso diste a Jesús por mí. Yo quiero recibir a tu hijo en mi corazón y creer que en su nombre puedo tener una nueva vida. Gracias porque todo mi pasado queda atrás y ahora puedo disfrutar de algo completamente nuevo que no conocía. En el nombre de Jesús, amén. OTRAS PUBLICACIONES [...]
abril 5, 2024¿Hola?, Dios tiene algo muy importante que decirte… Puede ser muy curioso y quizás muy difícil tratar de entender el cómo es qué un Dios tan grande puede llamar a personas. Podríamos pasar horas y horas tratando de intentar pensarlo, pero lo cierto es que Él lo hacía, Él lo hace y Él lo seguirá haciendo.  Dios puede llamarnos de muchas maneras, quizás a través de algún familiar, alguna amiga o amigo, incluso a través de algo que leamos, escuchemos o veamos. En algunos casos, Dios puede utilizar alguna situación difícil en nuestra vida para llamar nuestra atención.  De hecho, tengo una historia sobre esto último que te quiero compartir.  Conozco una chica que (hace algunos años) comenzó a sufrir de esa enfermedad tan molesta y actual llamada: ansiedad. Pero lo de ella era un poco más grave, pues no sólo sufría de ansiedad sino también de ¡ataques de pánico! Te podrás imaginar lo terrible que era. Ella sufría mucho y sentía que no podía tener una vida normal, siempre la estaban devolviendo del colegio porque ella simplemente tenía unos síntomas muy incomodos que le impedían vivir su vida como cualquier chica de su edad. Ella tampoco podía entender por qué le sucedía esto, y (de hecho) sólo pudo entenderlo varios años después. ¿Qué fue eso que ella entendió? que esa situación fue la que Dios utilizó en su vida para que ella pudiera buscarlo.  Ese fue el llamado de Dios que le decía que ella podía tener una esperanza. Una esperanza de ser sana y una chica normal. Aquella chica, atendió ese llamado y se aferró a esa esperanza. Cada noche y día batallaba fuertemente entre lo que su mente creía y en lo que su corazón esperaba. Eran las palabras de Dios alimentando su fe. Y quiero que sepas que tiempo después ella fue completamente sana de esa ansiedad y pánico.  Con esta historia quiero que sepas que, aunque tal vez no estes o hayas pasado por alguna situación como esta, el llamado de Dios es para todos, y él quiere que tu vida sea diferente con propósitos eternos (más allá de lo que ves) y que hay una esperanza de algo mucho mejor que tu (todavía) no conoces. Él llama a tu corazón el día de hoy te dice:  Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos. (Ap. 3:20) Esa puerta es tu corazón… ¿Estás dispuesta a atender la llamada de Dios en tu vida?  OTRAS PUBLICACIONES [...]